jueves, mayo 08, 2014

Viaje a Sarajevo (4º Día)


Era mi cuarto día de estancia en Sarajevo, domingo, y dado que no tenía muchas cosas que hacer, decidí quedarme en la habitación del albergue viendo la Formula 1. En un principio me planteé la posibilidad de salir a desayunar a la calle y volver para la carrera, pero lo reconozco, con el tema del cambio horario en España, no tenía muy claro a que hora daban la carrera en directo, así que decidí no arriesgar y quedarme frente al televisor para no perderme la salida.


Como me habia duchado y afeitado antes de la carrera, en cuanto se dió por finalazada, salté a la calle a disfrutar del ambiente del domingo. Ya eran más de las doce del mediodia, así que después de curiosear un poco por el casco viejo, en el que la verdad se veía bastante gente paseando, decidí sentarme a tomar una cervecita.


Esta vez lo hice en otro de los bares que había debajo del albergue, el de la esquina de la casa amarilla del fondo de la foto, el Lounge Bar, donde la cerveza grande me costó 3,5 KM, poco más de 1,5 € al cambio.


Ya había tomado mi aperitivo, y como no había desayunado más que un triste café en el albergue, tengo que reconocer que empezaba a tener hambre, así que decidí escaparme al mismo sitio que el dia anterior a probar otro plato de carne tipico de la zona.


Ya que el servicio era bueno, la comida me habia gustado, y el ambiente de la zona era agradable, ¿porque cambiar?, así que llegué y me senté (el local de la izquieda de la foto, el del toldo azul plegado), y rapi- damente la mujer que atendía las mesas me reconocío del día anterior.

Decidí jugarmela, ya que no tenía ni idea de que es lo que iba a pedir, pero ya que estaba en la carta en la sección de carnes, me pedí un Pjeskavica para comer y un Sprite para beber.


Afortunadamente no me equivoqué, y el plató que me trajeron estaba bastante bueno. Era una especie de hamburguesa fina hecha a la brasa, acompañada de ketchup, tomate fresco, patata cocida y cebolla picada, con el correspondiente pedazo de pan para acompañar.

No me habia gustado mucho el dia anterior el tema del café turco, pero decidí hacer un esfuerzo y pedirme otro café para ver si esta vez me convencía un poco más. El precio de la comida fue nuevamente 10 KM, al cambio, 5 €, incluyendo la comida, la bebida y el café.

Para bajar la comida decidí darme un paseo por la zona del famoso Puente Latino, aunque en esta ocasión no me limite a pasear junto a la orilla del rio, decidí adentrarme más entre calles para curiosear un poco por la zona.


Allí me encontré con la Mezquita del Emperador y la Mansión del último emperador otomano, aunque desgraciadamente el paso a este edificio se encontraba cerrado.


Y fue avanzando hasta la fabrica de cerveza, un edificio que había leido es interesante visitar, en el que incluso se pueden hacer visitas guiadas. De todas formas, yo estuve curioseando por sus alrededores y no entontré ningún tipo de información al respecto, así que me limite a hacer algunas fotos en sus alrededores.


De allí fui bordeando el rio paseando por alado de la famosa Sinagoga Askhenazi, la única sinagoga sefardi que se mantiene en funcionamiento en la ciudad en la actualidad, una sinagoga que fue construida en 1902 en estilo del renacimiento morisco.


Hasta llegar al parque donde ya habia parado a descansar en día anteriores y donde decidí mantener la costumbre y hacer un pequeño alto en el camino para sentarme a curiosear un poco. Eran casi las 4 de la tarde y aunque el termometro marcaba 22 grados, el sol ya empezaba a esconderse, con lo que en poco tiempo empezaría a refrescar.


Aproveché para disfrutar del atardecer allí sentado, y luego, siguiendo como siempre la Calle Cemalusa, fui atravesando la parte centrica y comercial de la ciudad hasta llegar a la zona del albergue.


De camino al albergue pasé por delante de la Roman Catholic Cathedral, una iglesia normalita por fuera pero que quedaba bien bonita con la iluminación nocturna.

Continua ...





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